Actualmente, realizarse un aborto sin cirugía es un método económico y menos riesgoso ya que se emplea el proceso abortivo con fármacos que permiten dilatar el cuello uterino de manera forzada para que se pueda desprender los tejidos embrionarios y limpiar en su totalidad. En cambio, un aborto con cirugía o quirúrgico suele ser costoso porque se debe realizar en un establecimiento clínico totalmente legalizado y con optimo profesionalismo, ya que si lo realizan clandestinamente puede desencadenar la muerte de la mujer o secuelas irremediables.
El uso de pastillas abortivas, desde luego es un mecanismo doloroso, pero no hay riesgos de producir infertilidad ni destruir el útero como lo mencionan varios artículos informativos.
En caso de consecuencias graves aparecen cuando el medicamento es utilizado con abundante repetitividad, es decir la mujer se ocasiona abortos varias veces. Lo que daña el útero y causa secuelas a largo plazo es la actividad de interrumpir un embarazo constantemente.
En sí, el fármaco más usado es el CYTOTEC – misoprostol ya que es un medicamento obstétricamente comprobado que se puede usar en las mujeres como un dilatador no invasivo en la labor de parto, eliminación de quistes, miomas y obviamente para interrumpir un embarazo en el primer trimestre de gestación.